La Primera y Segunda Guerra Mundial no solo marcaron la historia por su gran brutalidad, sino también por la manera tan ingeniosa en que utilizaron todos los recursos posibles. Dejando a un lado a los soldados, las tecnologías avanzadas y las estrategias que hicieron posible la victoria de uno de los bandos, siempre tendemos a olvidar a unos héroes que ayudaron desde las sombras, es decir los animales.
Desde perros mensajeros hasta osos
cargados de municiones, pasando por palomas espías y perritas terapéuticas, los
animales fueron utilizados de formas que sorprendentes y en algunas ocasiones
espeluznantes. Veamos cómo estos seres vivos formaron parte de estos hechos
históricos, enfocándonos principalmente en historias y casos reales.
El papel de los animales en la Primera y Segunda Guerra Mundial
Durante la Primera Guerra Mundial, la guerra de trincheras y la falta de tecnologías avanzadas requerían métodos creativos para enfrentar las adversidades. Es ahí donde empiezan a ver a los animales como posibles aliados. Un caso en particular fueron los perros, los cuales fueron entrenados como mensajeros, llevando mensajes importantes y rescatando a soldados en territorio enemigo. Además, las palomas mensajeras jugaron un papel crucial como el único medio de comunicación en zonas donde el ruido de los bombardeos y la tecnología limitada dejaba incomunicada a las tropas.
En la Segunda Guerra Mundial, el
papel de los animales evolucionó. Ya que estos eran muy necesarios para
misiones especializadas, como por ejemplo perros capaces de detectar explosivos
y osos que cargaban proyectiles, algo bastante sorprendente hasta la
actualidad.
“Los increíbles”
Aunque oficialmente no reciben este
mote, es algo que describe a la perfección a estos animales.
Aunque los perros fueron grandes
soldados, un oso pardo sirio llamado Wojtek también llego a ser de gran ayuda.
Este fue adoptado por el ejército polaco en 1942 e inscrito oficialmente como
soldado raso, lo que le permitió viajar con las tropas y recibir raciones. Su
hecho más memorable ocurrió durante la Batalla de Montecassino (1944), donde
ayudó a transportar cajas de municiones en medio de una batalla. Este oso, que fue
símbolo de la unidad, demuestra que incluso los animales más inesperados pueden
llegar a ser héroes.
El papel de los animales en estas
guerras fue sin lugar a duda fundamental y es que incluso sin ellos tener el
poder de elegir participar y teniendo que sufrir atrocidades como la de los
“Murcielagos bombas”, estos aun así decidieron mantenerse fieles e intentar dar
lo mejor de sí siendo valientes e intentando ayudar. Por estos y otros muchos
héroes olvidados es que hoy en día hay monumentos como el “Memorial a los
Animales en Guerra” en Londres, el cual nos invitan a recordar no solo su
sacrificio, sino también la capacidad de inspiración que nos trasmiten los
animales incluso en los momentos más oscuros. Es por ello que debemos darles
más reconocimientos a estos animales y nunca olvidar todo lo que lograron.
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