El país más viejo del mundo: ¿qué aguarda el futuro para Corea del Sur?


Corea del Sur, una de las economías más avanzadas y dinámicas del mundo, enfrenta uno de los retos más complejos y urgentes de su historia: su crisis demográfica. El país, que ha experimentado un vertiginoso crecimiento económico en las últimas décadas, se encuentra ahora ante una población que envejece rápidamente, con una tasa de natalidad extremadamente baja. Este fenómeno no solo representa un desafío social, sino también un obstáculo económico que podría frenar el progreso y la competitividad a largo plazo. 

Uno de los problemas más llamativos de Corea del Sur es su baja tasa de natalidad, que es la más baja del mundo. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2022 la tasa de natalidad surcoreana fue de apenas 0.78 hijos por mujer, muy por debajo del umbral de reemplazo poblacional de 2.1 hijos por mujer necesario para mantener estable la población a largo plazo. Esta cifra refleja una tendencia alarmante: los surcoreanos están teniendo cada vez menos hijos, y la razón de este fenómeno es multifacética. Según estimaciones, el país podría perder hasta 20 millones de habitantes desde la actualidad hasta 2070


Uno de los principales causas de la baja natalidad es el alto coste de vida. La vivienda se han encarecido dramáticamente durante la última década, y los matrimonios jóvenes no son capaces de pagar por la educación y las necesidades para tener un hijo. A esto se le suma la cultura del trabajo presente en el país, lo que conlleva largas jornadas laborales de entre 8 y 12h diarias. Los trabajadores no ven posible congeniar su trabajo con mantener una familia, y la opción de solo recibir un sueldo para mantener a toda una familia es inviable para la gran mayoría de coreanos.

En los últimos años, el gobierno surcoreano ha implementado varias políticas para abordar la crisis demográfica. Subsidios a la natalidad, incentivos fiscales para las familias y mejoras en la infraestructura de cuidado infantil son solo algunas de las medidas que se han propuesto. Sin embargo, los resultados han sido limitados hasta el momento, y muchos expertos consideran que las políticas existentes no son suficientes para revertir la tendencia. El gobierno surcoreano no ha sido capaz de facilitar otra solución.


Frente a esta crisis demográfica, algunos sugieren que Corea del Sur debe centrar sus esfuerzos en innovaciones tecnológicas y en la automatización para contrarrestar la escasez de mano de obra. La tecnología podría desempeñar un papel clave en la mejora de la productividad y la sostenibilidad de la economía surcoreana a medida que envejece la población. Empresas como Samsung y Hyundai están invirtiendo fuertemente en la inteligencia artificial y la robótica para mantener su competitividad.

Además, algunos expertos proponen que Corea del Sur debería fomentar la inmigración para compensar la caída en la población activa, y atraer trabajadores extranjeros podría aliviar las presiones en el mercado laboral. Sin embargo, la homogeneidad de la sociedad surcoreana hace complicada una fácil asimilación a la cultura, por lo que actualmente no es una opción muy popular.


Los retos demográficos que enfrenta Corea del Sur son profundos y complejos. Si bien el país sigue siendo una de las economías más avanzadas del mundo, las presiones derivadas de su baja natalidad y el rápido envejecimiento de la población representan amenazas significativas para su crecimiento económico sostenido. Las políticas implementadas hasta ahora han tenido un impacto limitado, lo que obliga a los líderes políticos y económicos a pensar en soluciones más innovadoras y estructurales, como el fomento de la tecnología, la inmigración y la reforma del sistema de bienestar social.

El futuro económico de Corea del Sur dependerá en gran medida de su capacidad para adaptarse a estos desafíos demográficos, encontrar un equilibrio entre sostenibilidad económica y justicia social, y continuar siendo un líder global en innovación tecnológica.

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